Aunque para algunas personas la miel pueda ser considerada un simple edulcorante, sustitutivo del azúcar por su carácter más natural, nutritivo y saludable, son muchas las propiedades beneficiosas que el consumo regular de este alimento aporta a nuestro organismo.
La miel, es un completísimo alimento, rico en propiedades nutritivas específicas para el cuidado de nuestra piel.
Por ello en muchos casos es utilizada para diversos tratamientos de belleza a nivel casero o incluso profesional.
Además de sus propiedades curativas y cicatrizantes, posee un gran poder antibiótico y emoliente que resulta muy efectivo para la cura de posibles heridas superficiales.
La miel, también es un elemento ideal para tratar las afecciones pulmonares.
De hecho, la ingesta de cualquier bebida acompañada de una buena dosis de miel, resulta un buen expectorante y calmante de la tos. Presentándose éste como un remedio sencillo, económico, apto para todos los públicos y completamente natural.
Gracias a su actividad bactericida, la miel también se convierte en una gran aliada a la hora de combatir infecciones intestinales.
En general, los beneficios que el consumo de miel tiene sobre nuestro organismo, afectan prácticamente a la mayoría de los órganos que componen nuestro cuerpo, llegando incluso a mejorar la actividad del corazón.
Al ser un órgano que está constantemente en marcha, sometido a un alto ritmo de trabajo y sin descanso, necesita una gran cantidad de glucosa para su correcto funcionamiento.
Se ha demostrado, que la miel es una fuente de suministro de glucosa perfecta para el miocardio, que favoreciendo así la agilidad y regulación del riego sanguíneo y aportándole la gran cantidad de energía diaria, que necesita para mantenernos con vida.
